ALGUNAS IDEAS PARA ENFOCAR LA CATEQUESIS

1) TODO DESDE, HACIA Y EN LA DIVINA LITURGIA.

 La Liturgia es el culmen de la vida de la Iglesia, de donde parte y hacia donde conduce toda la iniciación cristiana (SC 10).
La catequesis debe entenderse desde la Liturgia y como iniciación a la Liturgia y profundización de esa gracia y su realización en la vida ordinaria.

Fundamento cristológico-trinitario.
* La liturgia es el ejercicio del sacerdocio de Jesucristo. Él es el Señor Resucitado que está a la derecha del Padre, el que preside y actúa en la Liturgia. Es, pues, el actor y mediador.
* el principio y el fin de la sagrada Liturgia es el Padre, fuente de todo don y término de la alabanza, acción de gracias y adoración: hasta que Dios sea todo en todos.
* el Padre, por medio Jesús, el Señor, derrama el Espíritu Santo, por quien se obra toda la santificación, transformación y divinización de los cristianos, y quien los mueve para unirse a la ofrenda de Cristo al Padre.
Es, pues, la Sagrada Liturgia, especialmente la Santa Eucaristía, la obra por excelencia de la Santísima Trinidad en la historia presente.

Dimensión eclesial.
* Jesucristo, cabeza y esposo, une consigo a la Iglesia “Realmente, en esta obra tan grande por la que Dios es perfectamente glorificado y los hombres santificados, Cristo asocia siempre consigo a su amadísima Esposa la Iglesia, que invoca a su Señor y por El tributa culto al Padre Eterno” (SC 7).
 La Liturgia es esencialmente eclesial. En ella Cristo une consigo a la Iglesia, le comunica su Espíritu, la lleva hacia el Padre. A ella Cristo la asocia consigo en su obra santificadora y en su alabanza al Padre.
 Obra de Jesús, Mesías y Sacerdote, al que se asocia su pueblo mesiánico, su pueblo sacerdotal y real, la Liturgia es siempre eclesial, culto público, no privado, en ella se expresa la Iglesia, antes que cada grupo, o cada uno.
 Por la Liturgia somos incorporados a la Iglesia, cuerpo de Cristo y templo del Espíritu, y por ese don, somos también partícipes del culto público eclesial.
 “Con razón, entonces, se considera la Liturgia como el ejercicio del sacerdocio de Jesucristo. En ella los signos sensibles significan y, cada uno a su manera, realizan la santificación del hombre, y así el Cuerpo Místico de Jesucristo, es decir, la Cabeza y sus miembros, ejerce el culto público íntegro” (SC.7).

Estructura “sacramental” y orden de las dimensiones de la Liturgia.
 La Iglesia, su Liturgia, su vida tiene una estructura (una ‘economía’) sacramental.

  “Es característico de la Iglesia ser, a la vez, humana y divina, visible y dotada de elementos invisibles, entregada a la acción y dada a la contemplación, presente en el mundo y, sin embargo, peregrina; y todo esto de suerte que en ella lo humano esté ordenado y subordinado a lo divino, lo visible a lo invisible, la acción a la contemplación y lo presente a la ciudad futura que buscamos” (SC 2).
 Esta estructura sacramental de la Iglesia, de la Liturgia, es la matriz de la cultura católica a la que nos inicia la catequesis. Tienen una composición compleja (humano-divina), que incluye un orden (todo ordenado a lo divino).

N.B. Todas los principios anteriores suponen que la Liturgia es una realidad objetiva, que la Iglesia recibe de la sagrada Tradición y que cada comunidad celebra en obediencia a la Iglesia, de la que es parte y presencia viva.

La finalidad de la Liturgia es permitir la finalidad de la vida nueva en Cristo.
 Esta es una doble finalidad:
 * la glorificación de Dios (el culto, la alabanza, el sacrificio-oblación).
 * la santificación del hombre
“de la Liturgia, sobre todo de la Eucaristía, mana hacia nosotros la gracia como de su fuente y se obtiene con la máxima eficacia aquella santificación de los hombres en Cristo y aquella glorificación de Dios, a la cual las demás obras de la Iglesia tienden como a su fin” (SC 10; ver arriba SC 7).

Iluminación para la catequesis.
Estos principios significan que:
* la catequesis brota de la Liturgia, como de la vivencia y comprensión de la realidad del misterio de Cristo.
* la catequesis en sus contenidos y en su pedagogía se nutre de la Liturgia.
* la catequesis es iniciación a la Liturgia, ahondamiento de ella, y, por ella, ayuda alcanzar el fin de la participación del ministerio de Cristo (santificación del hombre que participa de la vida eterna y glorificación de Dios).

La Liturgia de la Iglesia es la matriz cultural en la que somos iniciados por medio de la catequesis.
* la catequesis debe nutrirse de los símbolos litúrgicos.
* la catequesis debe formar una corporalidad litúrgica.
* la catequesis debe iniciar en la oración litúrgica (con sus dificultades y sus procesos)
* la catequesis debe iniciar en el canto litúrgico (que debe distinguirse del canto religioso y del canto de las reuniones sociales).
* el lugar de donde parte y hacia el que conduce la catequesis es la iglesia, la casa de la celebración de la comunidad cristiana, a imagen de ella misma.

2) UNA CATEQUESIS KERIMÁTICA.


El kerigma es el anuncio directo y central de Jesucristo resucitado como la realidad que transforma e ilumina la existencia de cada hombre y de toda la historia humana.
Una catequesis kerygmática supone partir del anuncio del kerigma con sus principales implicaciones:
Cristo ha resucitado del sepulcro en cuerpo glorioso. Jesús está sentado a la derecha del Padre. Jesús vive y reina, vive y actúa en su Iglesia, para la salvación del mundo.
Jesús resucitado se ha manifestado como Cristo-Mesías-Ungido, Señor, Kyrios-Dios, Hijo de Dios.
De aquí el conocimiento del Padre y del Espíritu Santo enviado a la Iglesia.
La Iglesia como obra de la Trinidad.
Cristo, que ha resucitado, se entregó en la cruz por la salvación y vida de los hombres.
Conocemos a Cristo resucitado, por su humanidad: nacido de María la Virgen.

Consecuencia: este primer anuncio de la fe:


Iluminación para la catequesis.
1) Se comienza por el Kerygma, que es el anuncio y realidad estructurante de la catequesis: Cristo vivo, Señor que ahora salva y santifica.
2) el punto de partida de la catequesis es el anuncio del Evangelio, como palabra de gracia y de poder de Dios, que obra en los creyentes [este es el punto de partida estructural, que debe orientar y centrar la catequesis: no significa que pedagógicamente cada vez haya que partir del kerigma, ni siquiera de la lectura de la Palabra de Dios, aunque también se pueda hacer cuando convenga].
3) Junto con el anuncio de Cristo resucitado y glorificado, el kerigma incluye la presentación de las Personas Divinas y de la Iglesia.
4) La presentación del kerigma debe concluir con una primera aceptación del anuncio y voluntad de seguir la catequesis por parte de los catequizandos, que quieren creer en Jesús y conocerlo, para vivir de su vida [aceptación del kerigma, que, si hay candidatos al bautismo debe incluir la signación]
5) el kerigma no sólo está al principio, va con el primer anuncio, y, a su vez, es la referencia constante de cada paso de la catequesis (el esquema del proceso es al mismo tiempo lineal y circular). Por ejemplo, la creación se ve como obra de la Trinidad.

 


3) UNA CATEQUESIS EDIFICADA SOBRE LA ESCUCHA DE LA PALABRA DE DIOS RECIBIDA EN Y DE LA IGLESIA.


La catequesis brota de la Palabra de Dios: debe ser una escucha de Dios que habla y ha de conducir a la obediencia de la fe.
Iluminación para la catequesis.
* educación para escuchar la Palabra de Dios [no principalmente leerl]
* escucha en el seno de la Iglesia.
* término: obediencia de la fe y entrega a Dios.

Es muy importante la iniciación a celebrar litúrgicamente el acontecimiento de la Palabra de Dios que nos habla en la Iglesia reunida.

Instrumento pedagógico: Un buen instrumento para esta iniciación es la introducción de una sencilla lectio divina.

4) LA ESCUCHA ECLESIAL DE LA PALABRA DE DIOS LLEVA A RECIBIR COMO DON LA FORMULACIÓN DE LA FE POR PARTE DE LA IGLESIA.
La catequesis es iniciación en el conocimiento de Dios que se nos ha revelado en Cristo, y del hombre según Dios.
Iluminación para la catequesis.
* importancia de la fe como conocimiento: corresponde al hecho de que Dios se ha revelado como verdad y que el acto de fe afirma como verdadero lo que Dios ha revelado.
* importancia de la fe como conocimiento es también respuesta al hombre, en cuanto ser llamado a la verdad.
* dimensión eclesial de la formulación de la fe: creemos y enseñamos la fe católica, es decir, recibida de la Iglesia Católica.
* valoración de la verdad y la posibilidad de acceder a ella, como fuente de discernimiento del sentido del hombre, de la existencia y de la conducta humana (desde cierto punto de vita hay un primacía del conocer sobre el querer).
* ayudar a razonar y comprender el contenido de la fe y a defenderlo del error y de malas interpretaciones [por supuesto, a la altura del proceso de cada uno: pero el catequista sí debe comprenderlo]. Hay un diálogo de fe y razón según las edades.

Instrumento pedagógico: el compendio de la doctrina católica, con fórmulas precisas [y aún con la pregunta que conduce la atención] es un instrumento para la fase de comprensión y también de fijación de las verdades de la fe. Permite, en diferentes momentos, la revisión y aún nueva recepción del hecho revelada. También tiene su importancia para la vida el retener en la memoria.


Notas:
* no se acentúan otras dimensiones de la catequesis en el momento de la reunión (p.e. formar el grupo), porque se consideran de alguna forma atendidos.
* por supuesto que la catequesis ha de producir una educación de conductas, que no debe menospreciarse. Pero debe anteponerse el misterio entregado a la moral.

 

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